
Las recomendaciones de fertilización varían acorde al suelo y a la ubicación, muchos expertos están de acuerdo en la relación 1-1-1 como mezcla de fertilizantes, tal como 10-10-10. Al menos la mitad del nitrógeno debería ser de la forma orgánica, el cual llega a ser disponible para la planta en el mismo momento. También la fertilización debería contener 2 % de óxido de magnesio.
De todos los elementos esenciales, el nitrógeno es el que da una respuesta mayor a la plantación, mientras adiciona fósforo y potasio que a menudo resultan en pequeñas mejoras en el crecimiento.
Se recomienda la aplicación de nitrógeno solo preferentemente bajo la forma de amonio.
Sin embargo excesivas fertilizaciones reducen rendimiento y se incrementan los daños por heladas.
El sulfato de amonio a menudo es usado cuando el pH esta por encima de 5.2, y la urea cuando esta debajo de 4.6.
Para la construcción de los camellones se recomienda usar cama de pollo a razón de 11.000 –13.500 kg/ha, la cual debería aplicarse tarde en el otoño o muy temprano en la primavera. Los abonos dejan un ligero un residuo alcalino en el suelo por lo que se lo debe monitorear cuidadosamente.
Las plantas nuevas deberían fertilizarse después de que el segundo rebrote haya comenzado. Esto ocurre a menudo pocas semanas después de plantar. Una fertilización temprana causa enrojecimiento de hojas y dilata el comienzo del nuevo crecimiento.
Aplicar el equivalente a 28 gramos de 10-10-10 por arbusto, extendido alrededor de la planta al menos 10 cm, pero no más de 30 cm desde la corona. Se debe incrementar la cantidad de fertilizante aplicado cada año hasta maduración de los arbustos (después de 6 años en el campo) y recibir 0.45 kg por planta, una mitad aplicada al principio de la floración y la otra 5-6 semanas más tarde. En áreas con baja materia orgánica, suelos arenosos con lluvias abundantes, se debería fertilizar más frecuentemente.
Si los arbustos maduros muestran bajo vigor, adicionar una mitad (0.22 kg) por arbusto tarde en el otoño para ser destinados a reservas en las plantas y permitir un rápido crecimiento en la primavera.
Diversos autores reportaron que aplicaciones de urea divididas (mitad aplicadas en la rotura de yemas y la otra mitad a la caída de los pétalos) resultaron en un 10 % de rendimientos más altos que las simples aplicaciones en rotura de yemas, ensayo realizado en la zona de Michigan.